lunes, 9 de febrero de 2009

Una conquista

Estoy cansada esta tarde de frío en la ciudad del Norte. Estoy cansada pero me doy cuenta de que este momento, este lunes de vacaciones en mitad de la nada, frente a este ordenador, mientras la noche y el invierno se cuelan por la ventana de la casa donde nací, hoy, sola, ahora, estos segundos, nunca jamás se repetirán. Ni esta sensación de libertad.

Sé que nadie me espera en ningún sitio, sé que nadie me necesita desesperadamente ni yo necesito la presencia de nadie para narrarme. Por fin. Aleluya. Nadie me lee. Silencio. Este sentimiento se parece, de pronto, mucho a la felicidad. La levedad del ser es maravillosamente soportable. Quizás, después de todo, la no maternidad a los 35 años no sea un fracaso femenino. Tal vez pueda ser, hoy, esta noche, frente a la ventana, con las sombras de mis hermanas milenarias trazándome el camino, una conquista. Tal vez es el final de la búsqueda, Eva Luna en la ciudad del Norte.

Soy lo que quiero. Puedo tenerlo todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario