lunes, 13 de abril de 2009

La antesala de la felicidad

Ayer Eduardo Punset, desde la tele, hablaba sobre el amor y sobre los seres humanos. Decía que tenemos que aprender a disfrutar de la espera y que la felicidad muchas veces está en la antesala de la felicidad.

Los minutos antes de una comida espectacular, cuando ya puedes oler la mezcla de especias y fuego que llegan desde la cocina. Las semanas antes del viaje de tu vida, cuando lees y planeas y te imaginas. Y todo es todavía posible. La hora anterior al primer beso, cuando empiezas a pensar a qué sabrá y cómo y si se decidirá, y los nervios se acumulan en el estómago igual que la risa fácil. Los minutos en los que te libras del vestido y te quedas en bikini y observas el mar por primera vez después de todo el invierno. Y casi sientes ya el tacto del agua en la piel.

La antesala del amor, un aeropuerto, el reloj sumando horas, la habitación de un hotel en la que entras por primera vez con la seguridad de que nunca la olvidarás, de que todo lo que va a suceder allí será memorable, la cama y las cortinas naranjas y el suelo de madera. Y aciertas.

El deseo aplazado, soñado, perseguido, fantaseado. Asiático. In the mood for love.

1 comentario:

  1. El deseo aplazado, soñado, perseguido, fantaseado; Yo seguiría...consumado, reintegrado, trasformado e incorporado nuevamente al nuevo deseo aplazado. Si el deseo no se consuma no puede ser la antesala de la felicidad sino de la frustración.
    Un saludo.
    Marga.

    ResponderEliminar