martes, 17 de marzo de 2009

La hoguera de las vanidades


En la Feria de arte y antigüedades más exclusiva de Europa, la TEFAF, en Maastricht, las copas de champán no entran en conflicto con los Picassos y la gente negocia el precio de un De Kooning mientras paladea ostras y exquisitos bocados de salmón. Las fortunas del siglo XV se reencuentran con su habitat natural y las nuevas se legitiman. La moqueta amortigua el sonido vulgar del dinero, imitando el césped de un campo de golf. Todo es suave, la burguesía europea se desliza sin prisas, a 20 centímetros del suelo, la crisis pasa de largo y da algún disgusto esporádico. Los tacones altísimos de Jimmy Choo no tienen eco. El ruido es obsceno. Apenas quedan sitios así, donde la mezcla es sólo ficticia. La prensa es un testigo incómodo pero necesario. La postmodernidad molesta, pero no impide. En Dickinson (Londres y Nueva York) se vende el Van Gogh más caro de la feria, 25 millones de Euros. En Moretti (Florencia), el Canaletto sólo roza los 12. Colores y formas han abandonado museos para ofrecerse al mejor postor, que es, dicho sea de paso, el postor de siempre. Señoras gatopardescas con peinados amarillos miran y quieren ser miradas, parapetadas detrás de enormes gafas de pasta. Los cuadros esperan. Los amantes de Chagall, volando en un cielo azul noche, desde su exilio de muerte, pobreza, locura y tristeza, se sienten un poco fuera de lugar.

4 comentarios:

  1. quien se siente diferente entre la vanidad y el exceso es que posee la mejor moneda: otra sensibilidad. impagable y sin precio.

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  2. All our interior world is reality - and that perhaps more so than our apparent world.
    Marc Chagall

    Quizas si se siente fuera de lugar es porque es diferente.
    Patrizia Gea

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