martes, 24 de marzo de 2009

Despedidas

El avión aterrizó en el aeropuerto de San Sebastián casi encima del mar. Era prácticamente de noche, sólo una pequeña franja de luz se agarraba al mundo. Una señora de 75 años, descalza, con una gabardina de color crema y un pañuelo en la cabeza, mojaba sus pies en el agua helada de marzo. Yo me senté en la arena húmeda, chupada durante la tarde por el mar. Ni luna ni gente. Sólo ella y yo, un par de lunáticas con las espadas en alto, empeñadas en no dimitir. Ella saboreando sin prisas su despedida y yo mi resurrección.

1 comentario:

  1. Itzi: es una delicia leerte. La ternura y el optimismo vuelven a mi rostro con muchas de tus palabras. Gracias por Chagall, Benedetti o Donosti. Un abrazo. Yoli

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