lunes, 1 de junio de 2009

Renglones torcidos

En la piscina de Acacias el agua está todavía fría y a las 11 de la mañana, el último domingo de mayo, casi no hay nadie. Sobre el pareo brasileño Laura mira el cielo con los ojos entrecerrados y siente las gotas de agua descender de su pelo a su frente, de la frente a las mejillas, el cuello y la nuca. En el iPod suena One, de U2. You too, tú también, Laura, para ti también llegó, aquí está: una bicicleta y un vestido blanco y un bikini rosa y un romance en la punta de los ojos. You too. Aunque Dios escriba con renglones torcidos, a veces el amor se empeña en corregirlos.

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