martes, 11 de agosto de 2009

La ciudad del Norte

Una tarde me di cuenta de que mi Ciudad del Norte no está en el Norte. Fue cuando le conocí a él, tan rubio, tan vikingo, tan pantalones cortos y sandalias a 20 grados de temperatura (exterior). Exterior a nosotros al menos (interior). La interior siempre fue tropical. El hombre del pelo ondulado y rubio, el hombre de un metro noventa y tres, me convirtió ya para siempre en la mujer de la Ciudad del Sur. Con sus 19 desventajas diarias y sus 500 ventajosísimas noches.

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