lunes, 1 de marzo de 2010

Del blog de Ramón Lobo (www.ramonlobo.com)

"Vivimos en una sociedad cada vez más fría y resultadista. Los sentimientos, una forma de estar desnudo, expuesto y vulnerable, parecen prohibidos. Son, dicen, un signo de inmadurez, de peterpanismo. (...) Es una sociedad que sólo se permite sentir con el chaleco antibalas puesto por si hay disparos. A veces hay situaciones no previsibles ni manejables en la que existen personas accidentalmente capaces de tener el valor de jugarse su sentir sin una red de protección ni pólizas de vida, jugarse mucho sin tener nada a cambio. Los realistas los tildan de suicidas y dicen que hasta tienen una ciudad que les atrae y enloquece, Turín, pero a mí, que tanto creo en la vida, me gustan mucho esos suicidas que tienen el valor de quedarse y esperar".

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